5 refranes que no conocías y que vas a empezar a utilizar

que-es-un-refranTodo el mundo ha escuchado al menos un refrán en su vida, esas frases que a pesar de los años y de los tiempos nunca pasan de moda y siempre tienen alguna enseñanza o algún toque gracioso que aportar a una conversación o momento en particular, pero nos hemos detenido a pensar ¿de dónde salieron esas frases? O ¿Quiénes las dijeron?, pues las historias de los refranes no se conocerán todas pero sí que tienen una gran trascendencia.

En España y América Latina se han popularizado mucho estas frases particulares, no es extraño escuchar a alguien decir, “el que madruga Dios lo ayuda” o “el que mucho abarca poco aprieta” muchas de estas consignas ya forman parte del vocablo popular en diferentes culturas, y la razón es que cada refrán tiene su sabiduría.

Sin embargo, los años siguen pasando y parece que las nuevas generaciones están más pendientes de nuevas tecnologías y del internet, que ya no escuchan a los mayores, por tanto que se ha ido perdiendo el uso de muchos refranes populares, vamos a darles vida a algunos que probablemente ya se hayan olvidado.

5 refranes para sorprender

1.- “Un médico cura; dos dudan; tres muerte segura”: Una forma muy particular de referirse a que la diversificación de opiniones, por lo general tiene un desenlace totalmente erróneo.

2.- “Retroceder nunca, rendirse jamás”: Uno de los refranes que aún mantiene su popularidad, sobre todo en el mundo del deporte, tiene un significado muy esperanzador y es factible para trazarse cualquier objetivo.

3.- “Predicar en el desierto, sermón perdido”: Vaya que puede ser de gran utilidad cuando alguien no quiere prestar atención a lo que decimos.

4.- “Vuela alto vanagloria y cae al suelo hecha escoria”: Si quieres dar un insulto de forma bastante peculiar y muy decentemente este refrán viene muy bien para dedicárselo a los más engreídos.

5.- “El pez muere por la boca”: No solo es una realidad en la pesca, sino que es una advertencia para tener cuidado con lo que decimos, no vaya a ser que al final sea nuestra condena.